martes, 26 de junio de 2012
viernes, 17 de febrero de 2012
"La importancia de admirar al cónyuge"
martes, 14 de febrero de 2012
“La importancia de educar los sentimientos”
En los sentimientos de la persona reside la afectividad, junto con la inteligencia, es una de las dos funciones psíquicas más importantes en el comportamiento del ser humano.
Los sentimientos constituyen el núcleo de la afectividad, ya que esta es la que nos capacita para amar y ser amados.
La afectividad es considerada como la disposición de nuestro estado de ánimo, influido por los sentimientos y emociones que determinarán el tipo de relación que cada persona tiene con los demás.
Las emociones que son parte de esta afectividad son mensajes desde el interior de mi persona con respecto al pensamiento que estoy teniendo, es decir, un pensamiento me lleva a una emoción y esa emoción me lleva a un pensamiento y así sucesivamente. Siempre que tenemos un pensamiento, este pensamiento me dispara una emoción que se siente bien o se siente mal.
Las emociones que se sienten bien me traen sentimientos que me construyen, están a favor de mi integridad y me gusta estar en ese estado.
Las emociones que me hacen sentir mal, me traen sentimientos que me destruyen, me hacen sentir mal y no me gusta estar en ese estado.
Las emociones son espontáneas, son temporales, son pasajeras, son producto de un momento, no se producen en la parte racional del hombre, son totalmente espontáneas.
Un buen ejemplo de esto, es la niña pequeña que el abuelo la invita a tomarse el helado que más le gusta. El hecho de esta invitación, genera en aquella niña emociones de alegría, sorpresa y placer.
Este hecho de haber vivido esas emociones a través del tiempo le generará sentimientos de cariño, de gratitud, de seguridad y de nostalgia.
Los sentimientos son estados afectivos duraderos producidos por ideas, reflexiones o vivencias.
Expertos en varios campos de la psicología, medicina y pedagogía, concuerdan en que el desarrollo de la afectividad es básico para el futuro de una persona, ya que tiene una influencia directa en su comportamiento y éste, en las relaciones interpersonales que hace a lo largo de su vida, así como en la relaciones en su vida profesional.
De aquí la importancia que en los primeros años de la existencia de los niños logren desarrollar ciertas habilidades emocionales, que les servirán de base para su vida.
Una buena educación de los sentimientos y conocimiento y control de las emociones ha de ayudar a disfrutar haciendo el bien y sentir disgusto haciendo el mal.
A los niños se les enseña desde que nacen qué cosas son amables, deseables o indeseables, agradables o desagradables y éstos experimentan estados emocionales de alegría, tristeza, placer, esperanza o desesperanza de acuerdo a su vida socio-afectiva. Por eso es importante estar alertas a sus manifestaciones e impartirles conocimientos sistemáticamente para que desarrollen habilidades propias de la dimensión emocional.
El papel de padres y educadores en esta etapa es muy relevante ya que a través del modelo y el trato que ambos ofrecen, es la manera en que a ellos se les educa emocional y afectivamente.
Las habilidades que desarrolla una persona que educa sus sentimientos son varias: se conoce a sí mismo, tiene autocontrol, disfruta de un equilibrio emocional, es capaz de motivarse y por lo tanto de motivar a los demás, tiene talento social, es optimista y alegre al enfrentar obstáculos y sobre todo es empático, pues al tener conocimiento propio lo capacita para ser sensible a los sentimientos de los demás.
Esta sensibilidad que muestra ante los sentimientos y las emociones de los demás, lo capacita para percibir y comprender el estado de ánimo, el modo de ser y de actuar de las personas, así como también de cuidar el entorno y la naturaleza.
Las personas que son sensibles están capacitadas para descubrir en los demás a ese “otro yo” que piensa, siente y requiere de ayuda, además tienen carisma y saben sacarle jugo a su talento natural.
Una persona sensible tiene respeto y consideración hacia la diferencia que admite en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia y que sabe muy bien que nunca se debe de usar la fuerza para cambiar el modo de pensar de alguien, aún y cuando se sepa que está en el error, pero ese error no le es indiferente, pues se preocupa en tratar de iluminarlo y encaminarlo a la verdad y el bien.
Por otro lado en la educación de los sentimientos es muy importante ir desarrollando la virtud del autocontrol ya que cuando desarrollamos esta virtud tan importante la cual se aprende observando, se es capaz de frenar presiones internas y externas actuando de la manera correcta.
Esta virtud nos da fuerza de voluntad para decir NO a aquello que no es conveniente y que no me va a ayudar a ser mejor persona, nos capacita también para que nuestras decisiones sean más seguras y más sabias proporcionándonos esos segundos que se necesitan para valorar las consecuencia, sabiendo que existen alternativas controlando así las acciones.
Además, cuando hemos desarrollado la virtud del autocontrol ésta nos ayuda para no dejarnos llevar por el placer y centrarnos en nuestras responsabilidades.
El autocontrol es la virtud que ayuda a nuestros niños a regular sus conductas de manera que sepan lo que es correcto en sus mentes y en sus corazones, les da ese poder de hacer lo que tienen que hacer, es ese músculo moral que les impide actuar para hacer daño en un mundo lleno de ejemplos violentos.
Cuando no se desarrolla esta virtud en los niños desde muy pequeños son como bombas de tiempo que van a explotar en cualquier momento.
Hay factores que están influyendo para que los niños no estén desarrollando esta virtud pues muchos de ellos están viviendo solamente con uno de los padres y si tienen a ambos en sus vidas estos pasan mucho tiempo fuera de casa en sus trabajos profesionales.
Sucede que cuando llegan a casa pasan este stress del cansancio o por el contrario, son muy indulgentes y no ponen ningún límite concediéndoles todo lo que quieren, creyendo que así suplen la ausencia de ellos en sus vidas.
El autocontrol se aprende además de observar a los padres a través de observar los caracteres de los personajes de los libros, el cine o la televisión.
La Asociación Americana de Pediatría ha llamado a los medios masivos “Los más violentos de todos los tiempos” pues los niños están constantemente frente al televisor observando conductas criminales, noticias trágicas y antivalores, lo cual está contribuyendo a conductas agresivas y a la ausencia de tolerancia, la falta de justicia y de respeto, la discriminación y las trampas en las tareas.
El educar los sentimientos y el controlar nuestras emociones requiere de tiempo, de constancia y de mucha paciencia, pero esto dará la sensación más grata que un ser humano puede sentir que es la paz interior.
Que tus sentimientos ayuden siempre a los que se acerquen a ti a SER MEJORES Y MÁS FELICES.