miércoles, 7 de diciembre de 2011
Podemos Prepararnos Para Ser Padres?
Cuando una pareja de novios toma la decisión de
comprometerse en matrimonio, se comprometen a su vez a cumplir con todas las
obligaciones y responsabilidades que el matrimonio exige y una de ellas es la
apertura a la vida y la procreación y
educación de los hijos.
Los esposos a través de esta apertura están
colaborando con Dios en la obra creadora y redentora. La procreación es un don
supremo de la vida de una persona.
Cada hijo es una bendición y son la culminación del amor de
los esposos, por eso es que ambos deben de estar listos y preparados para
cuando esto suceda, además listos y preparados para amarlos y para educarlos.
La pregunta aquí sería si podemos realmente prepararnos para
ser padres?
Y la respuesta sería que Sí podemos.
Aunque los hijos no traen instructivo y nadie nos enseña a
ser padres, hoy más que nunca es preciso informarse y formarse por las
influencias negativas y contrarias a la
verdad de lo que debe de ser un buen padre.
La primer responsabilidad que se tiene al traer a
un hijo al mundo es el de formar una persona íntegra e independiente a través
de la educación, además, se necesita de la presencia y cariño de ambos para que
este hijo sea feliz, que es lo que todos los padres que amamos a nuestros hijos
queremos para ellos.
Queremos que sean en un futuro personas dichosas, armoniosas y
comprometidas, reconocidas, aceptadas, amadas, que sean cuando trabajen
profesionistas satisfechos y apasionados por aquello que hagan, amigos
entrañables, parejas amorosas, respetuosas y solidarias, pero sobre todo personas que reflejen sus valores en cada cosa que hagan.
Por eso es tan
importante que los padres les den a los hijos las herramientas necesarias para
salir adelante, porque es muy real que muchas veces no hacen esto,
igual de real es que muchos creen que lo hacen y no es así.
Padre y madre han de complementarse asumiendo esta
paternidad como una tarea en común, como la misión a lograr de un equipo
efectivo que suma esfuerzos para tener éxito para el logro de un objetivo en
común.
Desgraciadamente, en la realidad que hoy nos ha tocado vivir
y ante la panorámica actual de este siglo, muchas de las veces esto no sucede.
La pérdida de
identidad de la mujer, el materialismo y hedonismo, el trabajo agotador de los
padres y el individualismo, son algunas de las causas que contribuyen a que no
se dé la presencia de ambos en la educación de los hijos.
Muchas de las veces la madre asume por completo la
responsabilidad de esta educación, mientras el padre se limita a ser solamente
el proveedor de los bienes materiales necesarios para su familia, cuando la
figura de ambos en la vida de ese niño son necesarias para su desarrollo
armónico y equilibrio de su salud emocional.
Un apego saludable construido a través de experiencias de
vínculos repetitivos como el cargarlo, el mecerlo, el cantarle, el verlo a los
ojos detenidamente, el alimentarlo durante su infancia, le dará a ese niño una
base sólida para futuras relaciones saludables.
Así como el niño necesita de la figura
de su madre, también es imprescindible en su vida la figura de su papá con sus características de varón para la configuración armónica e integral de su personalidad.
En un mundo lleno de activismo y materialismo, los hombres
se han olvidado de ser buenos padres.
Existe la idea de que el papá es
solamente el proveedor así que los niños que no tienen la presencia de estos en sus
vidas, se sienten excluidos de su mundo, sienten que esa persona es un extraño
para ellos pues nunca lo ven ni conviven en su vida diaria.
Es por esto que muchas de las veces, no puedan establecer ese
vínculo de confianza que un niño necesita, para poder comunicarse con su padre
y tener ese diálogo profundo y sincero que necesita para sentir seguridad, para tener una autoestima sana, para capacitarse en resolver conflictos y problemas que se le vayan presentando en su vida, para tener capacidad de relacionarse con los demás y para determinar su fututo estilo de vida.
La imagen del padre le dará metas y retos que lo guiarán en
su camino por la vida.
Por eso es tan importante el saber cuales serán nuestras responsabilidades antes de tomar esta decisión tan importante que marcará nuestras vidas para siempre.
No tengas miedo de iniciar esta aventura tan maravillosa pues Dios no se deja ganar en generosidad.
El te dará en el camino las herramientas que necesitas para hacerlo con pasión y con excelencia.
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